Templario nació en Castellón en 1988 pero no fue hasta el 1994 cuando se estableció la formación actual. Sus primeros trabajos como por ejemplo “Sequías”, (tuvo) una distribución local y poco conocida, aunque en el año 2000 consiguieron sacar cabeza en la escena española. Han luchado contra el anonimato que tanto les ha perseguido y hasta estuvieron a punto de dejar el mundo de la música en su momento.
En es el noveno álbum de la banda castellonense, el cual vio la luz a finales de 2019; el caso es que los temas nos cuentan 9 verdades crudas y duras que nos harán reflexionar cuando lo escuchemos, gracias al toque del thrash metal, por la rabia y fuerza que transmite. Lo que está claro es que, en cuanto a las letras, no tienen pelos en la lengua y llegan a sorprender tanto a sus más fieles seguidores como a aquellos que quieran conocerlos de nuevas.
En general es un disco donde podemos apreciar mucha tralla, pero sin perder la esencia ni el sonido particular. Además, el hecho de ser trío no hace que empequeñezca su figura, sino que nos muestra una gran destreza por parte de sus componentes. Un grupo que disfruta con su música, tanto como el que la escucha.
En cuanto al análisis minucioso de alguna de sus canciones, realizaré breves pinceladas de algunas de ellas: comenzando con “Viejos Conocidos”, tenemos un agudo del cantante que nos hace adentrarnos en los ochenta. Llama la atención la frase “no serás nada si no pagas”, cosa que nos hace reflexionar acerca de que el mundo lo mueve el dinero y la corrupción de este.
Con la breve canción “Torres de Arena” tenemos una letra cargada de odio que nos puede llegar a poner tensos al escucharla. Podemos encontrar violencia y rapidez con la que ejecutan la base rítmica, el solo de guitarra pretende ser técnico pero no suele destacar mucho; lo más destacado es la letra y esas aceleraciones alocadas.
En cuanto a “La Cara Más Falsa”, encontramos el estilo que define a la banda con toques de thrash metal pero con un toque más extremo, deudores o amantes del death metal y del groove más asesino de los noventa. En “Vinilos” nos muestra un riff al estilo Judas Priest, “Yo no Tributo” regresa con una melodía (falta) y “Borregos” tenemos toques de fuerza y batería como en este último tema. En ambos temas vuelven a dejar patente de nuevo su negatividad dentro del mundo musical.
En “Borregos” vuelven a su Power/Thrash o metal clásico en el que cargan contra la industria musical, lo dicho están tan quemados que parecen barbacoas ardientes, la mayoría de las letras son sobre el negocio del metal, que instrumentalmente era potente pero que en las letras desprendía una amargura total de tantos y tantos años de olvido.
Un disco que desde el primer momento nos trasmite rabia tanto en la voz del cantante como en los instrumentos, pero una rabia cargada de razón y de argumentos de peso. Una banda que disfruta con su música al igual que te invito a disfrutar a ti de este grupo.
Una carrera de unos 30 años les avala (aunque su primer disco no saliera hasta mediados de los 90), siendo además una banda con una evolución musical muy curiosa. De hecho, aunque empezaron haciendo heavy metal más o menos clásico y potente, ya se distinguían del resto y, poco a poco, fueron dejando esto atrás y endureciendo la propuesta hasta llegar a este cañero disco “9 verdades” sorprenderá a propios y extraños.
Alejandro Ibañez
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