Desde Cuéllar
(Segovia) llega el tercer disco completo de Hijos de Overón, que
tras una pausa de casi tres años desde la salida su última obra
“Camino de Piedras”, decidieron lanzar estos once nuevos cortes
llenos de melodía y potencia a finales del pasado 2018.
Lo primero que notas al escuchar el
último trabajo hasta el momento de este quinteto, es el pedazo de
sonido que han logrado aquí, fruto de su nueva colaboración con Dan
Díez (Dünedain, Death & Legacy, Zenobia…) en sus Rock Lab
Studios de Haro en La Rioja, con el que de una manera o de otra, han
contado en sus ediciones previas.
Raúl Álvaro a las voces, Álvaro
Méndez a las teclas, Fernando López al bajo, Diego Sanz y Joni
Cantera a las guitarras y como nueva incorporación a la batería,
otro Fernando (y con el mismo apellido por cierto, López) que
sustituye a Carlos Gómez, quien grabara el anterior material de la
banda, son los cinco componentes que forman Hijos de Overón.
Creados en 2007, el heavy/power metal
es su ley y es que en este “Salvaje” suena más trabajado y con
más fuerza, gracias y según ellos mismos, a la improvisación en el
estudio con lo que han ganado enteros y han dado más frescura a los
temas. En ellos, destaca el papel de su cantante, el de ambos hachas
(solos, riffs…), los teclados envolventes y una base rítmica
decisiva. A lo mejor no es un álbum directo, no es retorcido o
extraño aunque me temo que no es de esos que entran a la primera.
Eso sí, después de sucesivas escuchas encontrarás detalles,
cambios de ritmo… que puede que te sorprendan y enganchen.
Las canciones son bastante variadas,
puedes encontrar desde cortes cañeros como “Sin parar de nadar “o
“Un nuevo día”, medios tiempos con letras emotivas como “Por
siempre”, baladas como “Bajo la lluvia”… por cierto para la
que han rodado un videoclip con Henry Menacho y Kronic Producciones
(Xeria, Oker, Débler…) con quienes repiten. También cuentan con
algunas colaboraciones, como es la de Carlos Nano Sanz (Dünedain) en
“La luz perdida” o “Tu poder”, que lo hacen con Chapi Solla
la vocalista de Natribu, Ernesto Arranz de Zenobia a los teclados e
incluso un solo del propio Dan Díez (Tierra Santa). A veces podrán
recordarte a formaciones nacionales como Centinela, Wild, Avalanch…
pero siempre manteniendo una identidad particular, la cual se han
forjado durante estos años a base de actuaciones, ensayos y
esfuerzo. En cuanto a las letras, tocan asuntos coetáneos y
atemporales, emocionales, como la pérdida de seres queridos,
relaciones, el bullying…
“Salvaje” cuenta con una porta de
Estela García (quien igualmente ya realizara la de “Camino de
Piedras”), es autoeditado y sin duda su obra más destacada hasta
la fecha; así que si te gusta el heavy/power metal con letras en
castellano, teclados y melodías chulas, harás muy bien en darle una
escucha y añadirlo a tu colección.
RR Mustio
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